Gastronomía | Alicante y sus sabores

La Gastronomía Alicantina: Un Banquete para los Sentidos
Si hay algo que Alicante sabe hacer bien (además de playas de postal y un sol que acaricia el alma), es comida. No hablamos de cualquier comida, sino de esa que despierta recuerdos, que te hace cerrar los ojos mientras saboreas y que, en cada bocado, cuenta la historia de un pueblo que ha sabido fusionar tradición y creatividad. Porque aquí, en esta joya del Mediterráneo, se come con ganas, con pasión y con una pizca de ese duende que solo tienen los fogones alicantinos.
Arroces: El Rey Indiscutible
Si hablamos de la cocina alicantina, no podemos empezar por otra cosa que no sean los arroces. Pero olvídate del arroz a la cubana o de esa paella genérica que te sirvieron una vez en un chiringuito dudoso. Aquí el arroz se trata con respeto, casi con devoción. Desde el arroz a banda, cocido en un caldo de pescado que te hace levitar, hasta el arroz del senyoret, donde el marisco viene peladito para que solo te preocupes de disfrutar.
Y si quieres algo con más carácter, prueba el arroz con costra, que lleva huevo por encima y se hornea hasta que queda dorado y crujiente. Es como un abrazo en forma de comida, un plato que te dice: “quédate un ratito más”.
Mariscos y Pescados: Un Bocado de Mar
Alicante huele a mar y, por supuesto, sabe a mar. En cualquier rincón puedes encontrar pescados fresquísimos preparados con la simplicidad que merecen los ingredientes de calidad. La gamba roja de Dénia es casi un artículo de lujo, pero vale cada céntimo cuando la pruebas. Y qué decir de la mojama de atún, ese manjar que los fenicios nos dejaron como legado y que aquí se sigue venerando como merece.
Si te sientas en una terraza con vistas al puerto y te sirves un plato de caldero, prepárate para un viaje gastronómico en el tiempo. Este guiso marinero tiene siglos de historia y cada cucharada es como escuchar a los pescadores contar sus historias al atardecer.
Dulces que Derriten el Alma
Alicante no es solo salado, también es un paraíso para los golosos. Aquí se inventó el turrón, ese dulce que ha conquistado el mundo con su combinación de almendras, miel y magia pura. Pero no nos quedamos ahí. ¿Has probado los rollitos de anís o la coca boba? Son dulces sencillos, pero con ese toque casero que te recuerda a la cocina de la abuela.
Y si visitas en Semana Santa, no te puedes perder la mona de Pascua. Es tradición romperla en la frente de alguien antes de comerla (sí, porque la comida también es diversión por estos lares).
Vinos y Bebidas: Un Brindis por Alicante
No podemos cerrar este recorrido sin hablar del vino. Alicante es tierra de buenos caldos, como el Fondillón, un vino dulce con siglos de historia que ha conquistado a reyes y piratas por igual. Y si prefieres algo más refrescante, un cantueso bien frío te pondrá en sintonía con el ritmo mediterráneo.
- Conclusión: Comer en Alicante es Vivir
La gastronomía alicantina no es solo una cuestión de sabor, es una experiencia. Aquí, cada plato tiene una historia, cada receta es un legado y cada comida se convierte en un momento para recordar. Así que, si alguna vez pasas por Alicante, olvídate de la dieta, abre bien los sentidos y déjate llevar por la magia de sus fogones. Porque aquí, la vida se saborea.